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Resumen de la historia

Leopold ha decidido marcharse de su pueblo, para ir a buscar a La Esperada, ja que ella es la única que puede salvar a los de su raza. Pero Leopold nunca ha salido más allá del bosque y no conoce nada del mundo exterior, lo que le hace más difícil la búsqueda. Y dentro de poco se dará cuenta, de que el tiempo se les esta acabando, y que deberá aprender a vivir en ese mundo, a ser como otro cualquiera.

Pero aún así no todos quieren dejar de ser hombres lobos, también están Los Otros, monstruos horribles que matan soló para ver el sufrimiento de su victima.

Una historia de una búsqueda y de un amor imposible en la que cada línea te sorprenderá.

Prólogo Parte 1

Aquí os dejo la primera parte del prólogo del libro.

-Lo siento, pero no puedo quedarme por más tiempo.
-¡Pero no puedes! Si alguien llega a descubrir lo que de verdad eres, te mataran, y yo no podía permitir eso – Ahren no sabía que decir, para que me quedara, pero yo ya lo tenía decidido, si no lo hago ahora, no lo haría nunca.
-Venga, Ahren, por favor- Ahren era alto, mucho más que yo, claro que yo solo tenía dieciséis años, y él, por lo menos unos cuarenta, pero aún así era más alto que nadie. Tenía el pelo de un negro muy oscuro y unos ojos también igual de oscuros que siempre ocultaban sus verdaderos sentimientos y así, yo nunca podía descubrir lo que de verdad me decía.
Desde que mis padres desaparecieron repentinamente, él ha sido el único que ha cuidado de mí, y siempre ha hecho lo correcto, pero esta vez se equivocaba.
-Hoy, hay luna llena, y tú ya sabes lo que te pasa. Es mejor que te quedes en casa, si te encuentras con alguien, no sabría lo que podía pasar – en realidad, sí que lo sabía. Si me encontraba con alguien, lo mataría o la mataría, da igual quién fuese.
-Podré controlarme, o por lo menos lo intentaré, pero pase lo que pase, me marcharé, esta noche – estaba decidido del todo, y más todavía con las palabras que me dijo antes Ahren. No podía ser un hombre lobo para siempre, debía encontrar a La Esperada, y rápido, porque empiezo a notar que dentro de muy poco, ya no habrá ninguna oportunidad de ser un humano, un simple y normal humano. Eso es lo que siempre había deseado.
-Ven Leopold – se había sentado encima de mi cama, que era pequeña, pero suficiente para mí – sé que no puedo hacer nada, para que te vayas, pero prométeme que tendrás cuidado.
- Lo tendré – sí, por fin se había dado por vencido de dejarme ir. Aunque sé, que solamente lo decía por mi. Porque sabría que lo pasaría muy mal si me iba sin el consentimiento de él.
-Bien – hacía mucho tiempo que no sonreía, pero ahora sí que lo ha hecho. Aunque, estoy seguro que no es de alegría. Yo sé, que él es una buena persona, por eso tengo que ayudarle a él, a mí y a todos. Esto no podía continuar. Desde que era niño, he vivido en un mundo donde nada es real. Todos los de nuestra especie se ocultan, para no hacer daño a los humanos. O eso, es lo que me han dicho. Tampoco, estoy muy seguro de cómo me convertí en un hombre lobo, y Ahren nunca decidió explicármelo. Siempre me decía que era mejor que no lo supiera. Pero yo, quiero saberlo, quiero poder averiguar toda la verdad, y lo que mas deseo de todo, es poder ser libre.
Cogí la mochila, y puse dentro un par de pantalones, otra par de camisetas, y me dispuse a marchar.
-Espera Leopold - se levantó y fue a abrir el cajón de la mesilla de noche y cogió un par de billetes de una caja que había dentro– toma, se que no es mucho, pero te ayudará a pagar algún sitio donde vivir, y para que puedas comer por el momento.
-No me hace falta Ahren – pero antes de pronunciar la ultima palabra, él ya había puesto los billetes en mi mano – Gracias.
En realidad, me hubiera gustado quedarme mucho más tiempo con él, pero en este momento estaba decidido a hacerlo, me daba igual lo que me pasara, lo único que quería es poder salvarlos y poder vivir en paz, yo, Ahren y Charlotte. Ella es lo más importante para mí en este momento. Es lo único que me da fuerzas para seguir y no rendirme tan fácilmente. Me hubiera gustado que se pudiera venir conmigo, pero sé que correrá menos peligro si se queda en casa. Cuándo todo esto acabe, ella y yo viviremos felices para siempre.
Antes de irme, me quede un rato mirando esa casa. Tan pequeña, pero tan acogedora a la vez. Las paredes eran de diferentes colores, iban del blanco, hasta el negro, pasando por rojo, amarillo y azul. No teníamos muchos muebles, pero si que eran los necesarios.
-Bueno, no te preocupes por Charlotte, estará bien con los Chupasangres – creo que después de ver la cara que puse, se arrepintió de haberlo dicho – vale, será mejor que te vayas, antes de que sea más tarde todavía.


-FM-

1 comentarios:

Anabel Botella dijo...

Hola he visto tu blog en el blog de Alba. Acabo de leer el prólogo y seguiré para saber qué pasa con la historia.
Saludos desde La ventana de los sueños.

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